Este emprendimiento comenzó hace casi cuatro años, con mucha dedicación,
entusiasmo y amor por sobre todas las cosas.
Después de un largo tiempo, volví a rodearme de telas, puntillas, hilos
y puse en funcionamiento mi máquina de coser.
Me crié rodeada de mujeres modistas, tejedoras, bordadoras y también grandes cocineras.
Oficios que tienen que ver con la creatividad, con lo simple, con lo manual,
que tan bien hacen al alma.
Por qué Miu?
Así me bautizó la mujercita más pequeña de la familia
y me pareció un hermoso apodo,
lleno de buena energía y amor.